11 de septiembre: un nuevo aniversario
por Gonzalo
Ibáñez, abogado, ex-parlamentario, doctor en Derecho
Hoy conmemoramos en
Chile un nuevo aniversario del acto por el cual nuestras Fuerzas Armadas y de
Orden pusieron término al régimen marxista de la denominada Unidad Popular bajo
el liderazgo del entonces Presidente Salvador Allende. En esta fecha podemos, por
cierto, recordar lo que sucedió después, para bien o para mal, pero
fundamentalmente ella es para recordar cuáles fueron los errores que se
cometieron en nuestra Patria y que forzaron la acción de las Fuerzas Armadas y
de Orden. Porque lo primero que hemos de recordar es el hecho de que estas
Fuerzas no intervinieron porque se les ocurrió. Lo que sucedió en Chile nada
tuvo que ver con los innumerables golpes militares que jalonan la historia
independiente de muchos de los países de nuestro continente.
Los soldados, los
marinos, aviadores y carabineros de la época intervinieron respondiendo a un
agudo clamor de la ciudadanía, angustiada por el experimento a que se sometía a
la patria y que amenazaba con terminar destruyéndola, como sucedía en tanto
país a la sazón bajo el poder comunista. Chile se adelantó a lo que iba a
suceder 17 años después, cuando en 1990 cayó el Muro de Berlín y, en rápida
sucesión se desplomaron los regímenes marxistas comenzando por el de la misma
Unión Soviética. Nuestra gente de armas intervino cuando fueron conminados a
hacerlo por el mismo Congreso Nacional, cuyo llamado quedó consignado para
perpetua memoria en el Acuerdo de la Cámara de Diputados del día 22 de agosto
de ese año.
Recordemos cómo los
partidos de esa llamada Unidad Popular se habían pronunciado todos no sólo por
la legitimidad del uso de la violencia sino por su decisión de emplearla a la
mayor brevedad y a gran escala. El pronunciamiento militar fue así una cuestión
de vida o de muerte.
Hoy, 42 años después,
nuestro país ha cambiado de manera muy significativa y para bien. Largo sería
enumerar los campos en que se ha dado ese progreso. Son todos o casi todos. Por
eso, conscientes del resultado al cual nos condujo un experimento descabellado
debemos hacer el firme propósito de no dejarnos llevar nunca más por las
tentaciones ideológicas que exigen regímenes totalitarios para poder ser aplicadas.
La sensatez y la prudencia deben ser el fundamento de todo gobierno que quiere
ser exitoso. Y seguir la buena senda que nos ha conducido a una posición de
liderazgo en el continente.
Una oración por los
caídos ese día y en los que le siguieron, de uno o de otro lado. A todos los
contabiliza en definitiva un mismo lado: Chile. Invoquémoslos para que protejan
nuestra Nación y para que Dios ilumine a nuestros gobernantes.
Gracias por su valíente escrito en este momento de falta de pantalones de nuestro queridos nuevas generaciones
ResponderEliminarUna excelente síntesis sobre el más aciago período histórico de nuestra historia y del papel trascendental desempeñado por las Fuerzas Armadas.
ResponderEliminarFelicitaciones por visión objetiva y que apunta a superar las divisiones que aun persisten por tratar de imponer una versión parcial y sesgada.
ResponderEliminarEs una lástima que los jóvenes no estén ni ahí y sólo sean mal informados por una prensa comprometida y falaz! Menos mal que algunos tienen el coraje de decir la verdad y recrearla para todos!
ResponderEliminarEn efecto, lamentablemente gran culpa la tienen ls Socialistas y Comunistas porque se dedicaron a mentir descaradamente de lo que realmente ocurrió entre los años 1970 y 73.lo que llevó a las FF.AA., solicitados por una gran mayoría de chilenos bien nacidos y amantes de su patria, que se PRONUNCIARA al respecto.
ResponderEliminar¡Basta ya!, para seguir con la gran mentira de Golpe de Estado, por cuanto esos
aliados que nos gobiernan, siguen aplicando un eslogan muy antiguo,"MIENTE, MIENTE, MIENTE que algo queda. Por lo tanto, y que quede claro, debe llamarse lo que fue: UN PRONUNCIAMIENTO.
19-Septiembre-2015
A. Martínez O.